El presidente Daniel Noboa sigue desaparecido tras la derrota en la consulta popular. Su gobierno no pudo celebrar el segundo aniversario. Apenas hubo un tuit del Mandatario para conmemorar la fecha.
El 21 de noviembre de 2023 Noboa asumía el poder luego de unas elecciones marcadas por el asesinato de Fernando Villavicencio. De aquel día han pasado dos años que sirven para comprobar que siempre se puede estar peor.
Como ya transcurrieron dos años, la mitad de un mandato, es posible señalar que el gobierno de Noboa ha fracasado.
Su principal carta: lucir como un presidente firme y de mano dura contra la delincuencia se derrumbó.
Guillermo Lasso hizo de 2023 el año más violento de la historia de Ecuador. Noboa lo superó porque en 2025 se batirá ese récord.
El portal Primicias informó el fin de semana que en estos dos años se registran 15.561 asesinatos, uno cada 66 minutos.
Las excusas gubernamentales ante este desastre son disparatadas: que la mayoría de víctimas son delincuentes (“se están matando entre ellos”) o que es el resultado de su lucha contra las bandas.
Se jactaban de controlar las cárceles, pero eso también resultó falso porque los motines regresaron.
El último trimestre del año pasado los ecuatorianos vivieron un infierno con apagones de hasta 14 horas.
La salud pública prácticamente ha sido desmantelada, agobiada por recortes presupuestarios. En la educación ocurre lo mismo, ambos sistemas, además, golpeados por la inseguridad.
La corrupción se tomó los hospitales públicos y los colegios son asediados por bandas que buscan reclutas entre los estudiantes.
Noboa mostró su cara más sádica con la violenta represión desatada contra el pueblo indígena de Ecuador, como nunca antes se había visto.
No hay nada que celebrar. La única obra es la tal “Cárcel del encuentro” que no está terminada, donde se violan derechos humanos y cuya construcción contaminó un río de la zona.
En estos dos años, Noboa perdió dos consultas. Sí porque en la anterior el No venció en las preguntas más importantes: trabajo por horas y arbitraje internacional.
Pero ciertamente en la última consulta la derrota fue más contundente. Tanto que llevaron a Noboa a huir a Estados Unidos. La última vez que se lo vio fue manejando un vehículo Porsche en unas polvorientas calles de Olón.
Se fue sin la canciller. No ha habido comunicaciones oficiales sobre sus actos, ni videos de sus reuniones. Noboa es un presidente ausente.
Un aniversario de gobierno siempre es motivo de celebración. Noboa no puede por las circunstancias y porque no tiene nada que mostrar.
Lo único que pudo hacer es publicar un tuit donde su principal logro es la reducción del riesgo país, el indicador de confianza de los tenedores de deuda. Es decir, en eso sí está bien Ecuador, en su capacidad de pago. Eso se logra destruyendo la salud y educación.
En el tuit, hasta las lluvias se las coloca como logro al hablar de la capacidad de generación de energía de Mazar. Si este año no hubo apagones es porque nunca dejó de llover.
Se coloca como logro la reducción de la migración por el Darién cuando eso es el resultado de las políticas fascistas de Donald Trump.
Otro supuesto logro es la reducción del precio del petróleo, como si eso fuese producto de su gestión.
En fin, un gobierno de humo. La misma capacidad del humo tiene el presidente: la de desvanecerse.
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