Leonardo Alarcón, que pidió la prisión de Aquiles Alvarez y hostiga a los Goldbaum, estará al frente de la Fiscalía General del Estado cuando Wilson Toainga se vaya.

La toma de la justicia por parte de Daniel Noboa concluyó exitosamente. Sus acólitos están al frente del Consejo de la Judicatura y de la Fiscalía General del Estado.
La última jugada ocurrió este 3 de octubre de 2025 cuando la Procuraduría General del Estado respondió una consulta del fiscal general Wilson Toainga.
Él era fiscal subrogante y se convirtió en titular con la salida de Diana Salazar. Así que no tenía quien lo reemplace cuando se deba ausentar o incluso renunciar.
Por eso realizó una consulta al procurador general del Estado, Juan Carlos Larrea, cuyos pronunciamientos son vinculantes. El objetivo era saber quién podía reemplazar a Toainga.
Y Larrea contestó que quien designa el reemplazo es el Consejo de la Judicatura, que hace una semana se conformó con afines al Gobierno.
Horas después sesionó la Judicatura y nombró como fiscal subrogante, es decir el número dos de la Fiscalía, a Leonardo Alarcón.
Pero, ¿quién es este personaje?. Es un fiscal que se prestó para perseguir a todos los enemigos de Daniel Noboa.
Él pidió, en dos ocasiones, la prisión preventiva del alcalde de Guayaquil y líder de la oposición, Aquiles Alvarez.
La última lo hizo porque Alvarez no cumplió su presentación periódica ante el tribunal que lo juzga por el caso Triple A, un montaje del Gobierno que lo acusa de tráfico de combustible.
Resulta que Alvarez no acudió ese día porque estaba en Quito, participando en una reunión pública convocada por el Gobierno sobre seguridad, en la víspera de la visita al país del secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio.
Pese a ello, Alarcón insistió en la prisión preventiva, pero el tribunal negó el pedido.
Alarcó también encabezó el hostigamiento judicial contra los Goldbaum, antigua familia política de Daniel Noboa. Su ex esposa, Gabriela Goldabaum, acuso a Noboa de no permitirle ver a la hija en común que tienen.
Noboa reaccionó hostigando al padre y hermano de Gabriela. Y en esa operación jugó un rol fundamental Alarcón.
Lo mismo hizo contra la exvicepresidenta Verónica Abad. Cuando ella fue aislada del Gobierno y como mecanismo de presión, se iniciaron acciones judiciales contra su hijo, que incluso fue encarcelado. Todo ello cortesía de Alarcón.
Ahora él está a un paso de controlar la Fiscalía, en plena ola represiva desatada por el Gobierno.
En estas operaciones la Fiscalía es clave ya que está repartiendo a diestra y siniestra investigaciones por terrorismo contra todo aquel que proteste, ya sean manifestantes, dirigentes o, incluso autoridades.
Por lo que se prevé que Alarcón intensifique eso, más aún cuando el ministro del Interior John Reimberg ya amenazó con detener a Luisa González.
Por eso desde la oposición se habla de una extralimitación del Procurador, puesto que ignora que la Constitución establece que quien designa al Fiscal es el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS).
Esta entidad actualmente avanza a paso de tortuga en la designación del fiscal. Pero lo hecho en las últimas horas revela que la persecución lejos de detenerse, se va a profundizar. Todo eso como parte de un proceso de destrucción de la exigua democracia ecuatoriana.
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