El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, anunció que pagará el décimo tercer sueldo (el aguinaldo navideño) en noviembre a los funcionarios públicos.

Cada día que pasa el presidente Daniel Noboa se parece más a su par de Venezuela, Nicolás Maduro. Ambos resultaron ganadores de unas elecciones cuestionadas en las que la oposición no reconoció su victoria.
Maduro, cuando estaba cercado por las protestas, convocó a una Asamblea Constituyente. Lo mismo hace Noboa en pleno paro convocado por la Conaie.
Ambos usan la justicia para perseguir a sus detractores y reprimen de manera violenta las protestas.
Pero este domingo 5 de octubre de 2025 se sumó una similitud más. Maduro lleva dos años consecutivos “adelantando la Navidad”, que en Venezuela inicia el 1 de octubre.
Resulta que Noboa hizo algo parecido. En un mensaje publicado en X (ahí es donde se comunica con la población pues no ofrece cadenas nacionales), anunció que el décimo tercer sueldo se pagará en noviembre en el sector público.
Este aguinaldo navideño se paga, normalmente, hasta el 25 de diciembre, pero la tradición manda que se cancela hasta el día 15 de ese mes. Se trata de una conquista histórica de la clase trabajadora ecuatoriana.
Dice Noboa que la medida es para que los trabajadores públicos tengan recursos para disfrutar del “black Friday”, una fiesta consumista estadounidense que se popularizó en los últimos años en Ecuador.
Por eso, Noboa anima al sector privado a realizar lo mismo. Lo cierto es que las palabras de Noboa quedan en el aire porque hay algo más de fondo.
El 16 de noviembre es la consulta popular en la que Noboa se lo juega todo. Por eso está despilfarrando los recursos públicos en bonos de todo tipo.
El adelanto del décimo se circunscribe en esa política clientelar. El Gobierno quiere animar a la población, con dinero en mano, para que vote sí en la consulta.
Parece una medida desesperada, justamente como la de Maduro. La protesta de la Conaie, lejos de menguar, aumenta. Y ya se siente en la calle la carestía de la vida producto de la eliminación del subsidio al diésel.
Eso sin contar que la crisis en el sistema de salud pública sigue, al igual que la ola de inseguridad que se sufre con más crudeza en la Costa.
Esas crisis en simultáneo general malestar que se traduce en una paulatina reducción de la popularidad de Noboa. Por eso no queda más que adelantar el décimo.
La gran pregunta es: ¿servirá eso para engañar al pueblo ecuatoriano?

