Nataly Morillo fue directora de Comunicación del Ministerio del Interior en la época de María Paula Romo. Luego de la muerte cruzada, fue asambleísta de Construye, suplente de Patricio Carrillo. Como este no pudo asumir, se principalizó y a las tres semanas se fue con ADN.
Luego del fiasco que representó el nombramiento de Álvaro Rosero como ministro de Gobierno, el presidente Daniel Noboa buscó reemplazo en su bancada legislativa.
Y allí encontró ministra de Gobierno. Se trata de Nataly Morillo, asambleísta de ADN por Pichincha. Hasta hoy se desempeñó también como vicepresidenta de la Comisión de Fiscalización.
La misma que está presidida por Ferdinan Álvarez y que cumplió más de 60 días sin sesionar. Esa misma comisión rechazó el juicio político contra el ministro de Defensa, Gean Carlo Lofredo por la desaparición de los cuatro niños de Las Malvinas, en Guayaquil.
Pero Morillo tiene un largo recorrido político que la ha escorado a la más rancia derecha. Sus primeros pasos fueron en el Ministerio del Gobierno cuando la titular de ese cargo era María Paula Romo.
Morillo se desempeñaba como directora de comunicación. Muchos periodistas la conocen de aquella época cuando organizaba las ruedas de prensa de la pandemia.
Ocupó el mismo cargo cuando Patricio Carillo fue ministro del Interior. Desde allí se metió de cabeza en Construye, partido que alguna vez fue conocido como Ruptura.
Así, luego de la muerte cruzada dispuesta por Guillermo Lasso fue candidata a asambleísta suplente. El principal era Carillo.
Este ganó, pero nunca pudo posesionarse por la censura política que había sufrido meses antes. Y ese fue el momento de Morillo que se principalizó.
La flamante asambleísta solo duró tres semanas en Construye porque se cambió de partido. Se lanzó a los brazos de ADN.
Con este mismo partido revalidó el cargo en las pasadas elecciones legislativas.
En ese cargo tuvo un momento de fama. Se trata de la arrastrada que le lanzó el alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez, durante la sesión de la Comisión de Garantías Constitucionales que abordó el caso Porsche.
Alvarez le recomendó revisar sus posturas porque cuando Noboa deje el cargo se irá a Miami y nunca más le contestará el teléfono. Pero los asambleístas de ADN se quedarán en el país afrontando las consecuencias judiciales de su desastre.
Morillo parece que no escuchó este consejo porque pasa a la primera línea del Ejecutivo con dos grandes referentes políticos: Daniel Noboa y María Paula Romo. Eso significa que la represión se recrudecerá.
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