El alcalde de Durán, Luis Chonillo, que despacha desde el extranjero, anunció el cierre del Municipio, que ahora solo trabajará de “manera virtual”.

El Estado ecuatoriano ha caído en Durán. Oficialmente este cantón de la provincia del Guayas, separado de Guayaquil por el río Daule, es tierra de nadie. O más bien quienes reinan en esta ciudad son las bandas delictivas.
Así se evidenció tras el asesinato del concejal Hugo Obando, ocurrido el pasado sábado 27 de septiembre de 2025.
El ataque ocurrió en la mañana de aquel día. En un primer momento resultó muerto su custodio, el policía Rubén Chávez y el edil quedó gravemente herido. Sin embargo, Obando no resistió y falleció en la tarde.
Obando era prácticamente el único concejal que hacía territorio en Durán, que consta en la lista de las 10 ciudades más violentas del planeta.
La propio Policía, que luego aprehendió a dos personas involucradas en el asesinato, reconoció que la retaliación contra Obando es consecuencia de su intento de sanear el Municipio, tomado por las mafias.
El atentado se produjo una semana después de que fuera asesinado el director financiero del Municipio de Durán, Javier Bolaños.
Así, el Municipio de Durán prácticamente desaparece del cantón. El alcalde Luis Chonillo despacha desde el extranjero debido a amenazas constantes. Él mismo fue víctima de un intento de asesinato el día de su posesión, en 2023.
Sin fuerzas del orden, a Chonillo no le quedó más que cerrar el Municipio para proteger la vida de los funcionarios. Él asegura que se trabajará de manera virtual, por al menos 15 días. Pero lo cierto es que en Durán ya no hay garantías de nada.
En la historia del show quedan las imágenes del presidente Daniel Noboa cruzando el puente de la Unidad Nacional al frente de un convoy militar.
Ya en Durán, ofreció un discurso grandilocuente. “No se sorprendan si vienen medidas drásticas, el tiempo de los Muentes y Glas se acabó’”, dijo en declaraciones que sirvieron como titular a El Universo y muchos medios más.
Eso pasó hace más de un año y fue una puesta en escena más, de las que sabe montar muy bien el Gobierno de Noboa. Nunca hubo medidas drásticas y el crimen campea a las anchas en Durán.
Las bandas reinan en este cantón y el Municipio casi no existe ya. El Estado se retira y ese vació lo llenan los delincuentes, para sufrimiento de las personas que viven allí.
La caída de Durán ocurre en momentos en que un enorme convoy de la fuerza pública ingresó a Imbabura para reprimir las manifestaciones contra el alza del diésel.
Nunca Durán, Guayaquil, Machala o Manta han recibido un despliegue militar de esa naturaleza. Y eso prueba algo cruel y doloroso: que si el Gobierno no lucha contra la delincuencia es por falta de voluntad.
La represión de las últimas horas demuestra que recursos y personal tienen; pero sencillamente el Gobierno no quiere combatir la inseguridad. Su discurso base de lucha contra los grupos delictivos es cuento. Así lo evidencian las cifras: 2025 será el año más violento de la historia de Ecuador.
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