La tendencia #EfectoLasso, aupada por líderes de opinión y periodistas, describe un supuesto mejoramiento de la economía ecuatoriana tras el triunfo de la derecha.

En noviembre de 2011, el entonces director de la Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos (AEDEP), Diego Cornejo, publicaba una columna en el diario español El País. Allí denunciaba el “Estado de propaganda”, una forma de criticar la política comunicacional del gobierno de Rafael Correa.
Cornejo se quejaba por insultos a periodistas, hostigamientos a medios privados y el control de otros tantos bajo la figura de públicos o incautados. Esa situación, explicaba, ponía en riesgo la democracia ecuatoriana por el peligro de la construcción de un discurso único.
Casi una década después, con cuatro años de Lenín Moreno, el país extraña aquella época en que el discurso mediático tenía dos vertientes: una oficialista y otra opositora.
El presidente saliente cambió esa correlación de fuerzas mediáticas. Ahora solo existe una línea, aquella apegada a las tesis gubernamentales. Porque como indica David Chávez en una entrevista con la plataforma Kolectivoz, Lenín Moreno es la cara visible de la mayor alianza derechista que Ecuador haya vivido.
Y las elecciones del pasado 11 de abril la reforzaron aún más. Eso se traduce en que el relato mediático seguirá supeditado a las tesis oficiales, inclusive con mayor fuerza porque poder económico y político se han alineado bajo la figura de Guillermo Lasso.
¿Qué medio podrá dar cabida a la nueva oposición? Semejante atrevimiento podría acarrearle la partida de la publicidad estatal pero también la de la banca y sus empresas afines. En el gobierno de Guillermo Lasso, contradecir al presidente, será un deporte de alto riesgo para cualquier directivo de medio.
Historias de redes sociales
En esa medida el reforzamiento del discurso oficial va tomando forma con la tendencia #EfectoLasso. Se trata de una etiqueta de Twitter para informar sobre una supuesta mejora de la economía ecuatoriana con el solo hecho de que Lasso haya ganado las elecciones.
Así hay historias en redes que cuentan sobre nuevos contratos, empleos conseguidos, emprendimientos iniciados, aumentos de ventas y más.
No son relatos de personajes anónimos. La presentadora de noticias de Ecuavisa, Teresa Arboleda, se sumó a la iniciativa.
Más allá de la anécdota esta parece ser la tónica del discurso mediático: una eterna luna de miel con el gobierno de Guillermo Lasso.
El discurso único ahora es una realidad poniendo en jaque las ya alicaídas condiciones democráticas del país. ¿Cuál será el espacio comunicacional de la oposición? ¿Dónde se expresará la disidencia?
Porque probablemente la palabra oposición seguirá desaparecida del vocabulario mediático. En su lugar se hablará de correísmo. Y cuando algo realmente malo ocurra se volverá a proclamar las dificultades que tiene Lasso debido a la “pesada herencia de 14 años de correísmo”.
De hecho, Teleamazonas ya emprendió el camino en hablar del difícil panorama que le espera al presidente electo, como advertencia que el #EfectoLasso muy pronto desaparecerá.
Y así el país estará embarcado en un interminable discurso mediático de negación de la realidad, mientras la oposición no atisba qué hacer frente a ese proyecto de dominación.
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