La persecución arrecia contra la alcaldesa de Otavalo y la viceprefecta de Imbabura

Paulina Vercoutere y Anabel Hermosa

Anabel Hermosa y Paulina Vercoutere defendieron a sus pueblos durante la violenta represión estatal en Imbabura, durante el paro convocado por la Conaie en contra de la eliminación del subsidio al diésel.

Paulina Vercoutere y Anabel Hermosa
La viceprefecta de Imbabura, Paulina Vercoutere y la alcaldesa de Otavalo, Anabel Hermosa.

El presidente Daniel Noboa dijo que era un mal enemigo. Y eso lo están viviendo en carne propia la viceprefecta de Imbabura, Pauila Vercoutere y la alcaldesa de Otavalo, Anabel Hermosa.

Ambas autoridades salieron en defensa de su pueblo cuando la fuerza pública reprimía de manera salvaje las protestas en contra del Gobierno.

Hermosa, por ejemplo, fue protagonista de un video donde se la observa caminando junto a su pueblo. Al ver la barricada de militares ella dice a los manifestantes “hasta aquí no más”.  Y sola empieza a caminar para dialogar con los uniformados.

Ella logró sentar en una mesa a las fuerzas indígenas de Otavalo y el ministro del Interior, John Reimberg, cuando este se rehusaba a dialogar.

Después dio la cara a los manifestantes que están furiosos por el diálogo.

Vercoutere tuvo un desempeño similar, con el “agravante” de que ella es una mujer indígena, también de Otavalo.

Desde esa posición ofreció entrevistas a los medios explicando las lógicas del mundo indígena en Otavalo. Explicación que también se la dio a la vicepresidenta María José Pinto, que por esos días hacía oficina en esa ciudad.

Vercoutere denunció la represión que sufrían los manifestantes, que incluyó corte de servicio eléctrico e internet en ciertas comunidades.

Ambas, además de ser autoridades locales, tienen otra condición que es clave para entender la persecución que sufren: llegaron al cargo por la Revolución Ciudadana.

A partir de allí el hostigamiento no ha dejado de crecer. Empezó con el congelamiento de sus cuentas bancarias sin explicación alguna. Todo se manejó en secreto en nombre de la seguridad nacional.

Recién el pasado jueves 6 de noviembre se levantó esa medida arbitraria.

Hermosa enfrenta investigaciones en la Fiscalía por financiamiento al terrorismo y enriquecimiento ilícito.

A eso se suma la persecución institucional al Municipio de Otavalo que lleva cuatro meses sin que se les paguen las rentas. Y la única oferta que recibe del Ministerio de Finanzas es pago en bonos, que al negociarlos puede tener un castigo de hasta el 30%.

Por su parte, Vercoutere enfrenta las mismas investigaciones en la Fiscalía. Su programa emblemático de asistencia social, Las Warmi, está siendo boicoteado por entidades del Gobierno.

La prefectura de Imbabura también sufre retrasos en el pago de sus rentas.

El paro concluyó, pero la persecución no. Todo lo contrario, se refuerza contra dos mujeres valientes que pusieron el cuerpo ante las balas, los gases y los perdigones.

Indígenas hacen torcer el brazo a Reimberg y lo sientan a dialogar

Diálogo con Reimberg

Desde que se inició el paro, el Gobierno se rehusó a dialogar. Pero la resistencia en Imbabura y la gestión de la alcaldesa de Otavalo, Anabel Hermosa, hicieron que John Reimberg, ministro del Interior, se siente a dialogar.

Diálogo con Reimberg
Momentos en que dirigentes indígenas de Otavalo dialogan con el ministro del Interior, John Reimberg, este 15 de octubre de 2025.

Desde que se iniciaron las protestas convocadas por la Conaie contra la eliminación del subsidio al diésel, el Gobierno ha tenido una postura intransigente.

Catalogaron a los manifestantes como terroristas, buscaron dividir al movimiento indígena con entrega de dádivas y se rehusaron a dialogar.

Su estrategia es la represión y el uso brutal de la fuerza para enviar el mensaje de que la protesta no se permite en el gobierno de Noboa.

Por eso Imbabura vivió el martes una jornada de fuego y sangre que dejó dos muertos y comunidades enteras aterrorizadas.

En ese contexto surgió una figura, la de la alcaldesa de Otavalo, Anabel Hermosa. Durante la represión, ella puso el cuerpo.

En un video difundido en redes sociales, se la observa caminando junto a su pueblo. Cuando el piquete militar está en frente, ella dice “hasta aquí no más”, para evitar el enfrentamiento.

Ella, sola, fue a conversar con los militares. Gracias a sus gestiones logró sentar en una misma mesa a las comunidades indígenas de su cantón y al soberbio ministro del Interior, John Reimberg.

Los diálogos surtieron efecto y se llegó a un acuerdo. El primer logro fue la liberación inmediata de todos los detenidos del martes pasado y el traslado de los 15 de Otavalo a su ciudad.

De paso, el Gobierno demuestra que manejan la justicia y pueden liberar o apresar a quien quieran, cuando quieran.

Reimberg, haciendo gala de su desparpajo, llegó a decir que vuelve la paz al país, ignorando que llueven balas en prácticamente toda la Costa.

Lo que sí logró Hermosa, que está siendo acosada por el Gobierno con denuncias en la Fiscalía, es rebajar la tensión en Otavalo.

La represión había llevado al límite la situación en esta ciudad. Pero el acuerdo, no gustó a todas las bases que reclamaron en las afueras del Municipio.

¿Qué hizo Hermosa? Lo mismo: dar la cara. Salió a la calle a hablar y explicar que el diálogo empezará con mesas técnicas que arrancarán el lunes. Los dirigentes de Otavalo están pidiendo la congelación del precio del diésel, teniendo en cuanta que luego de la consulta Noboa, probablemente, lo vuelva a subir.

Y los propios indígenas, en la cara de Reimberg, dijeron que van por el no en esa consulta.

Más allá de las narrativas del Gobierno, lo cierto es que la manifestación indígena logró la liberación de sus presos y que a sus familias las dejen en paz.

Hacer torcer el brazo a Reimberg, que se cree una especie de Rambo andino, es otro logro. De igual manera la manifestación sigue. Hay carreteras de Imbabura que siguen cerradas.

Pero los indígenas ya le enseñaron el camino al Gobierno. Es algo tan simple como sentarse a hablar.