Candidato socialista gana la Alcaldía de Nueva York, meca del capitalismo

Zohran Mamdani, hijo de migrantes y bestia negra del trumpismo, se convertirá en alcalde de Nueva York luego de recibir más del 50% de respaldo popular.

Zohran Mamdani
El nuevo alcalde de Nueva York, Zohran Mamdani.

¿Cómo se explica que un joven político, declarado socialista, haya barrido en las elecciones para alcalde de Nueva York?

La pregunta es válida porque en Ecuador autodefinirse socialista lleva a chavista, correísta, pro Maduro, pro dictadura de Cuba y una serie de etiquetas más.

La respuesta va porque todas esas etiquetas son falsas y el objetivo de la mentira es combatir una posición política que está a favor de los derechos.

Eso lo entendieron los neoyorkinos. Sí, los mismos habitantes de la ciudad que alberga Wall Street.

¿Por qué gana Mamdani? Porque prometió lo razonable, lo coherente: cobrar impuestos a los ricos, congelar los arriendos y establecer una red de apoyo alimentario para personas que no tienen dinero para comer.

Nada del otro mundo, pero el socialismo lo que busca es justamente eso: establecer una red de derechos mínimos a los que pueda acceder todo el mundo, sin importar si se tiene o no dinero.

La derecha, en Estados Unidos y Ecuador, impone el relato de que el socialismo se opone a la libertad. Nada más falso porque es la exclusión la que esclaviza.

¿Acaso un emprendedor ecuatoriano tiene la libertad de establecer un negocio? No la tiene por las extorsiones. Lo mismo un neoyorkino pobre que no tiene la libertad para comprar los alimentos que necesita su familia.

El propio Donald Trump, neoyorkino de nacimiento, hizo campaña contra Mamdani. Porque Trump no defiende a la clase trabajadora estadounidense sino a los multimillonarios que forman parte de su círculo.

¿Qué hizo Mamdani tras ganar? Nada de llamar al diálogo, sino que aumentó el desafío a Trump y le dijo que ahí lo espera, que su ciudad será el bastión de la resistencia.

Así se enfrenta el fascismo, de frente, sin miedos, sin intentos de negociación que ocultan la derrota.

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