Será una campaña nunca antes vista: en plena pandemia y bajo un estado de excepción. A eso se suma el fantasma de una candidatura de Álvaro Noboa que aterra a la derecha.

En el último día del año arranca oficialmente la campaña electoral con miras a las elecciones del 7 de febrero de 2021.
El símbolo de que el país ya está en campaña electoral es el Puente de la Unidad Nacional, en Guayaquil, que ya luce empapelado de propaganda del Partido Social Cristiano (PSC).
No es una campaña cualquiera, no por su extraña fecha para iniciar, sino por las condiciones en las que se llevará a cabo.
Los candidatos tendrán que promocionarse en un estado de excepción que permite al presidente Lenín Moreno, en cualquier momento, suspender los derechos de circulación, libertad de expresión o reunión.
A eso se añade un estricto protocolo emitido por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para evitar contagios de Covid-19. Al menos dos de los 16 candidatos oficialmente inscritos ya se enfermaron: Andrés Arauz y Gustavo Larrea.
El CNE ha pedido que no haya mitines, piedra angular de las campañas electorales en Ecuador. Solo habrá recorridos a pie, pero el candidato no puede entregar nada a los ciudadanos, ni tampoco detenerse para hablar o escuchar con ellos.
Sí se permitirán las caravanas de vehículos, pero de manera limitada. Desde allí el candidato podrá dirigirse a la ciudadanía, siempre todos con mascarillas.
Franjas publicitarias a cargo del Estado
¿Cómo se promocionarán los candidatos? A través de franjas publicitarias en medios de comunicación tradicionales que financia el Estado.
No es, como insinúa César Montúfar, que el Estado entrega dinero a los candidatos. El CNE paga directamente al medio en que el candidato quiere promocionarse.
Es la regla que se adoptó para evitar que únicamente millonarios hagan política en Ecuador. De esa manera se protege la igualdad de condiciones en la competencia.
Además de candidatos a presidente, también harán campaña aspirantes a asambleístas y parlamentarios andinos. El CNE aún no informa cuántos candidatos hay porque no ha podido cerrar el proceso de inscripción.
Es que la candidatura de Álvaro Noboa planea como fantasma sobre todo el proceso electoral. Su movimiento alquilado, Justicia Social, tratará hasta el último momento de participar en todas las dignidades.
Guillermo Lasso, que busca por tercera ocasión la presidencia, rechaza esa posibilidad porque las encuestas lo colocan como el principal afectado si es que Noboa se convierte en candidato.
Todas las encuestadoras, excepto Cedatos, ponen a Andrés Arauz, de la alianza Unión por la Esperanza (UNES) en primer lugar al iniciar la campaña.
Y el tercer gran candidato es el exprefecto de Azuay, Yaku Pérez, candidato de un Pachakutik cada vez más alejado de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).
Así termina el año, pero inicia el fin del gobierno de Lenín Moreno.
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