El presidente saliente Lenín Moreno deja tres crisis a Guillermo Lasso: una pandemia desbocada, la eliminación de los subsidios a los combustibles y la aprobación de una ley que ordena un alza salarial a los profesores.

La transición entre el presidente saliente Lenín Moreno y el entrante, Guillermo Lasso, oficialmente empezó con una reunión entre ambos en el Palacio de Carondelet.
En un ejercicio de honestidad, Moreno expresó que no deja la mesa servida. Era su forma de decir que deja un país en llamas, con conflictos a punto de estallar u otros que ya están en plena ebullición.
Estos son los tres incendios que deja el mandatario saliente a Guillermo Lasso:
Una pandemia desbocada
La segunda ola es una realidad en Ecuador. Lo grave es que a diferencia de la primera ola que solo fue en Guayaquil, ahora la crisis es nacional.
Los contagios aumentan en las principales ciudades del país, especialmente Guayaquil, Quito y Loja. A eso se suma que prácticamente ya no hay unidades de cuidados intensivos (UCI) en ninguna parte.
Además, el Ministerio de Salud Pública (MSP) prácticamente está sumido en la parálisis porque no hace pruebas masivas y la vacunación no despega.
El país reporta muertes diarias en exceso que superan los 180. Eso demuestra que las cifras oficiales están lejos de evidenciar la realidad de la pandemia.
Mientras los médicos piden confinamiento para aliviar su carga de trabajo, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional sigue deliberando.
Pese a que está anunciado un estado de excepción, eso aún no ocurre mientras las redes sociales se llenan de mensajes de condolencias o pedidos de auxilio.
Subsidios a los combustibles: bomba de tiempo
En plena pandemia, cuando el precio del petróleo se derrumbó, el gobierno puso fin a los subsidios a los combustibles.
Pero desde ese momento, el petróleo ha ido recuperando su valor. Así, el galón de diésel pasó de USD 1 a USD 1,44. Por eso los transportistas intercantonales e interprovinciales actualmente están en paro.
Ellos quieren o un aumento de tarifas o que se congele el precio del diésel, lo que significaría el retorno de los subsidios. Pero para esto último se necesitan recursos, que según Moreno, no hay.
Aún falta por ver la posición del movimiento indígena, que en octubre de 2019, llevó a cabo una paralización de dos semanas por esta razón.
Así Lasso tendrá que decidir o subir las tarifas para congraciarse con transportistas y pelearse con los indígenas. O por otro lado devolver los subsidios y traicionar sus principios ideológicos de carácter neoliberal.
Alza salarial de los profesores
Cuando todo el espectro político ecuatoriano creía que Andrés Arauz ganaría las elecciones presidenciales, Moreno aprobó las reformas a la ley de Educación Intercultural.
Ese proyecto dispone que el salario mínimo de los profesores debe ser USD 1.000. “Entiendo que las bancadas de los 2 candidatos presupuestaron los recursos para implementarla como manda la Constitución”, escribió Moreno en Twitter.
Esa ley ya está en vigencia y Lasso tendrá que buscar recursos para pagar el aumento salarial. En esa línea, el ministro de Finanzas, Mauricio Pozo, dijo que el alza salarial costará USD 3.000 millones por lo que aplicar la ley es inviable desde el punto de vista económico.
¿Qué hará Lasso? Incumplir la ley o intentar reformarla lo que conllevaría un conflicto con el magisterio ecuatoriano.
Además, la norma recientemente aprobada también contempla el regreso de los colegios militares al control de las Fuerzas Armadas, lo que conlleva más erogación de recursos.
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