El presidente de la República y líder del movimiento oficialista toma la decisión ante su inminente expulsión por haber incumplido el plan de gobierno para el que fue electo en 2017.
Casi cuatro años le tomó a los militantes del oficialista Alianza PAIS darse cuenta que Lenín Moreno no cumplió el plan de gobierno por el que fue electo en los comicios de 2017.
Realmente siempre lo supieron porque ese fue el principal argumento para que la mayor parte de la militancia abandonara la que fue la tienda política más exitosa en la historia de Ecuador.
Alianza PAIS ha sido borrada del mapa electoral. Su candidata presidencial, Ximena Peña, obtuvo una ínfima votación y el actual presidente de la Asamblea, César Litardo, buscó infructuosamente la reelección encabezando la lista nacional del movimiento.
Así Alianza PAIS no tendrá ningún representante en la Asamblea que se posesione el próximo 14 de mayo.
Durante la campaña, Peña rompió con Moreno. Llegó al extremo de decir que ella no era la candidata oficialista pese a que Moreno ostenta la presidencia del movimiento. Aunque esa versión se encontró con la oposición de Litardo, quien hasta el último defendió al Presidente.
Pero ahora el momento político es distinto y alguien debe pagar los platos rotos. Por ello un militante desconocido inició un proceso disciplinario contra Moreno para expulsarlo de la agrupación bajo la excusa de que no cumplió el plan de gobierno que planteó en 2017.
Ciertamente Moreno hizo todo lo contrario al mandato popular de las urnas, pero eso se supo apenas se posesionó en el cargo. Solo que los militantes de Alianza PAIS nunca hicieron nada porque estaban disfrutando de las mieles del poder.
Ahora con Moreno de salida y para limpiarse la cara buscan su expulsión. Moreno no esperó y se desafilió. Esa acción llega luego de destruir al movimiento. La pregunta es ¿por qué no lo hizo antes? La única respuesta es el enfermizo deseo de Moreno por destruirlo todo.
Porque lo que hizo con su movimiento, Moreno lo replicó con el país: pandemia desbocada, desempleo, pobreza, matanza en las cárceles, inseguridad. Su legado de dolor y sufrimiento es larguísimo.
Peña dice que Moreno prepara el terreno para huir. Medio país se frota las manos al saber que puede terminar preso a partir del 24 de mayo. Aunque ese escenario es difícil porque una vez que pise suelo extranjero su extradición resultará casi imposible.
Pero más allá del legado de Moreno, queda una pregunta que solo los siquiatras podrán defender. Si nunca le importó el país por qué quiso se presidente. Si nunca le importó el movimiento Alianza PAIS por qué lideró la operación para apropiarse de él. La lógica dicta que la respuesta es el odio enfermizo del presidente saliente. Y eso le ha costado lágrimas de sangre a los ecuatorianos.
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