Funcionarios administrativos, pacientes de un centro gerontológico privado de Quito y el propio ministro de Salud ya se vacunaron.

El reparto de los hospitales tendrá una secuela en el mismo gobierno de Lenín Moreno. Pero ahora la mercadería son las escasísimas vacunas contra el Covid-19.
Supuestamente en el país solo hay 8.000 vacunas de Pfizer, que llegaron la semana pasada entre bombos y platillos. Esa cantidad solo sirve para 4.000 personas.
El mismo día que empezó la vacunación en Quito y Guayaquil, el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, se colocó la primera dosis.
Horas después, la cartera de Estado emitía un comunicado sobre quienes serán los favorecidos por la vacuna en esta primera etapa.
Supuestamente solo se vacunará al personal médico de primera línea contra la pandemia: doctores, enfermeras, auxiliares de enfermería, fisioterapistas respiratorios y demás personal de apoyo o limpieza que trabaja en las áreas de hospitales donde se atienden a pacientes con Covid-19.
Por supuesto, en ese selecto grupo no estaba el cargo de ministro de Salud. Pero Zevallos dijo que se colocaba la vacuna como un homenaje a los médicos fallecidos durante la pandemia.
El ministro incluso escribía en su cuenta de Twitter, en un acto de cinismo brutal propio de este gobierno, que aquel gerente de hospital que no siguiera las normas de vacunación será destituido y puesto a órdenes de la Fiscalía.
Más irregularidades
Pero el escándalo siguió durante el fin de semana. En redes sociales se viralizó la denuncia de que la encargada de comunicación del hospital Carlos Andrade Marín de Quito se había vacunado.
El presidente del Consejo directivo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), Jorge Wated, confirmó la veracidad de la denuncia.
Agradeció la denuncia y aseguró que la funcionaria ya había sido destituida.
Pero las irregularidades siguieron. Resulta que el domingo una brigada de vacunación acudió al exclusivo centro gerontológico del Hospital de Los Valles de Quito.
Supuestamente la vacunación era un asunto público, pero solo para el show del primer día. Un equipo periodístico de Ecuavisa acudió al lugar para cubrir el hecho, pero fue desalojado por personal no identificado.
La pregunta es: ¿por qué a un centro privado para personas con recursos? ¿van a acudir hogares de ancianos abandonados como el asilo San José o el de la Junta de Beneficencia de Guayaquil? Estos dos sitios, en la ciudad más afectada del país por la pandemia, no aparecen en el radar del ministerio.
Justamente en el puerto principal también circularon otras imágenes de doctores accediendo a la vacuna, pero que supuestamente no es de primera línea, sino que tienen sus consultorios particulares.
Ante la suma de irregularidades el defensor del Pueblo, Freddy Carrión, dijo que dará seguimiento al plan de vacunación. “Resulta intolerable que el personal médico no hay sido priorizado”, señaló.
Una actitud parecida adoptó el miembro del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS), David Rosero. El funcionario dijo que conformará una veeduría para monitorear las inmunizaciones.
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